Estrés, antecedentes genéticos, edad, mala alimentación, tabaco, alcohol, falta de ejercicio, ansiedad.
La lista de afectaciones directas en materia reproductiva es considerable. Seguramente habrás escuchado más de una vez aquello de “cuando ya creía que no podría tenerlo, se relajó y se quedó embarazada”.
Los factores que pueden afectar a la fertilidad hoy en día son muchos y muy variados. Lo único que parece mantenerse inalterable es el porcentaje en que se reducen las posibilidades de concepción ante valores estresantes significativos:
Los últimos estudios apuntan a que la ovulación decae hasta un 29% menos cuando están presentes niveles altos de estrés y ansiedad. Y no solo eso. La capacidad de dichos óvulos para fecundar disminuye hasta un 30%, lo que no hace sino agravar una situación ya, per sé, difícil.
Adaptación y supervivencia
El embarazo supone para un organismo un alto coste que no plantea afrontar cuando los niveles de estrés alcanzan una cotas más que considerables. El aumento de los niveles de estrés provoca un desequilibrio neuroendocrino que afecta a la mujer física y emocionalmente, bloqueando aquello que no es “imprescindible” para la supervivencia.
De este modo, el estrés y la ansiedad afectan directamente al sistema reproductivo, tanto en lo que respecta a la capacidad de engendrar mediante procesos naturales como durante los procesos de fertilidad.
He aquí el por qué puede afectar el estrés al proceso de donación.
Cada persona es un mundo, y su reacción ante estados especialmente ansiosos difiere de una a otra. En lo que respecta a la fertilidad, la influencia de los altos niveles de estrés también provoca reacciones dispares, aunque existen ciertos patrones genéricos.
Alteraciones en los patrones de sueño y descanso, cambios de humor, dificultades para desarrollar las tareas cotidianas, modificaciones sustanciales de peso e incluso adicciones severas o pensamientos suicidas.
Los síntomas de estrés más comunes que evidencian estados anímicos graves son relativamente fáciles de visualizar en cualquier mujer. Además de esto, existen dos factores en los que encontramos una respuesta científica a cómo puede afectar el estrés al proceso de donación.
La “hormona del estrés”
El cortisol, la principal hormona del estrés, no solo pone en riesgo la salud de nuestro organismo, sino que en altos niveles incide directamente sobre la ovulación, causando irregularidades en el potencial reproductivo e incluso la interrupción de la misma.
Por si esto fuera poco, muchas mujeres niegan encontrarse en esa situación, lo que dificulta la identificación del problema y alarga el proceso de reproducción mediante donación de óvulos.
En nuestra clínica ofrecemos apoyo psicológico para sobrellevar emocionalmente los tratamientos de estimulación ovárica en nuestras donantes de óvulos, ayudando a reducir el efecto nocivo de sus niveles de estrés.
El hipotálamo
A grandes rasgos, el hipotálamo es una pequeña zona del cerebro localizada en la base del cráneo que regula la producción de hormonas que controlan la liberación de óvulos por parte de los ovarios.
La actividad del hipotálamo se puede ver especialmente influenciada por los niveles de estrés, dando como resultado una afectación del sistema reproductivo pudiendo paralizarse por completo la ovulación.
Estrés y fertilidad: la batalla por la supervivencia
Los cambios hormonales que se producen en el cuerpo ante situaciones de estrés son significativamente negativos. La liberación desde la glándula suprarrenal de epinefrina en altos niveles y de la mencionada hidrocortisona (cortisol) inhibe el potencial de fertilidad de la mujer ralentizando los procesos de reproducción y donación de óvulos.
La adrenalina y el cortisol son hormonas necesarias para afrontar estadios de ansiedad y estrés, pero su influencia sobre la capacidad de producción de óvulos hace que ambos intereses entren en conflicto y el organismo priorice la primera en detrimento de la capacidad reproductiva de la mujer.
Las altas concentraciones de epinefrina provocan bloqueos hormonales que inciden sobre la liberación de los óvulos, alterando también la maduración ovocitaria y empobreciendo la calidad de los ovocitos al afectar directamente sobre una correcta ovulación.
A todo esto cabe añadir que los niveles altos de concentración de adrenalina suben las cifras de prolactina, la cual también juega un papel especial en lo que respecta a la ovulación.
La liberación de sustancias inflamatorias directamente sobre el útero causa no solo problemas para la sustracción de óvulos para donación, sino también dificultades para la fecundación y la implementación, dando como resultado los temidos abortos.
De este modo, no solo las parejas que se someten a tratamientos de fertilidad pueden padecer procesos de estrés que dificulten más aún la concepción. Las donantes de óvulos para tratamientos de reproducción asistida pueden acusar un mayor nivel de ansiedad durante el proceso causado por la responsabilidad y la dificultad física y psicológica del proceso en sí.
Cómo cursa el estrés en las donantes de óvulos
Tal y como apuntábamos, el funcionamiento del hipotálamo puede resultar afectado durante fases especialmente incisivas de estrés y ralentizar o anular la liberación de óvulos. Es por ello que las donantes de óvulos que están muy estresadas pueden ovular más tarde o no hacerlo.
El flujo cervical da la señal de alarma de que algo no va bien y en lugar de producirse un aumento del mismo en la antesala de la ovulación, se puede producir un intercambio de fases entre días con una significativa presencia de flujo con jornadas absolutamente secas.
La mujer intenta ovular pero el estrés constituye una importante barrera para alcanzar el objetivo. La frustración, además puede desencadenar en problemas de desequilibrio alimenticio y repercutir causando ansiedad en las comidas.
Y la comida en exceso incrementaría el número de células de grasa y dañaría el equilibrio hormonal, afectando a la fertilidad y constituyendo la pescadilla que se muerde la cola.
Cómo gestionar el estrés para recuperar la capacidad reproductiva
Las ganas de ser madre, la ilusión por ayudar a una mujer con problemas de fertilidad, problemas totalmente ajenos al proceso de donación de óvulos… las posibilidades son infinitas, pero el resultado es el mismo. El estrés afecta directamente al proceso de donación.
Además de apoyo firme del entorno de la paciente y un tratamiento naturalizado de la situación, existen una serie de acciones que pueden ayudar a revertir la situación, como la práctica de ejercicio físico y el apoyo psicológico de los especialistas en materia de reproducción asistida.