La visita al ginecólogo es una parte fundamental del cuidado de la salud femenina. Sin embargo, muchas mujeres no tienen claro con qué frecuencia deben acudir a este especialista, lo que suele generar dudas y hasta descuidos en su salud íntima. En Ovodónalos queremos contarte la importancia de las visitas ginecológicas, las pruebas más comunes y las recomendaciones para cada etapa de la vida.

¿Por qué es importante ir al ginecólogo?

Las visitas al ginecólogo no solo son esenciales para tratar problemas específicos, sino también para la prevención de enfermedades y para garantizar un buen estado de salud. La revisión periódica puede detectar a tiempo patologías o enfermedades como el cáncer de cuello uterino, enfermedades de transmisión sexual (ETS), y otros trastornos relacionados con el sistema reproductor femenino.

Detección temprana de enfermedades: Muchas enfermedades del aparato reproductor, como el cáncer cervical o los fibromas uterinos, no presentan síntomas claros en sus primeras etapas. El chequeo regular permite una detección temprana que puede marcar la diferencia en la evolución de la enfermedad.

Control de salud sexual y reproductiva: Desde métodos anticonceptivos hasta planificación familiar, el ginecólogo ofrece un asesoramiento valioso que es de gran ayuda para que las mujeres puedan tomar decisiones sobre su salud sexual.

Chequeo hormonal: La salud hormonal también es un área importante que los ginecólogos evalúan. Los desbalances hormonales pueden afectar no solo la salud reproductiva, sino también el bienestar general, provocando problemas cutáneos (como el acné o el exceso de vello corporal), cansancio extremo, cambios en el ciclo menstrual o ganancia de peso.

Primera visita al ginecólogo: ¿Cuándo es el momento adecuado? ¿cada cuánto tengo que ir al ginecólogo?

La primera visita al ginecólogo puede ser un tema delicado y lleno de incógnitas. Lo ideal es que esta consulta se realice entre los 13 y 15 años si hay algún síntoma (alteraciones del ciclo menstrual, reglas abundantes o dolorosas, aumento de peso, problemas dermatológicos…) o con el inicio de las relaciones sexuales si las reglas no son dolorosas ni la paciente tiene ningún otro síntoma general. En algunos casos, puede ser necesaria una consulta antes si se experimentan estos síntomas desde la menarquia (9-12 años).

A esa edad, la consulta no suele incluir exámenes invasivos, a menos que sea estrictamente necesario. Si se ha comenzado la vida sexual, la consulta se enfocará en la prevención de las ETS, en el asesoramiento sobre anticonceptivos y en la importancia de realizar pruebas periódicas como una citología.

Revisiones ginecológicas en la adolescencia

Durante la adolescencia y hasta los 20 años, las visitas al ginecólogo suelen centrarse en la educación sobre métodos anticonceptivos, la regularidad del ciclo menstrual y la detección temprana de infecciones o enfermedades.

  • Chequeos de rutina: Aunque muchas adolescentes no presentan síntomas de enfermedades ginecológicas, es importante realizar al menos un chequeo anual. Este puede incluir una exploración física, una revisión del historial clínico y consejos sobre la salud sexual. Además de insistir en la prevención del VPH con la vacunación.
  • Citología: La citología es una prueba crucial para la detección del cáncer cervical. Las recomendaciones generales indican que debe realizarse por primera vez alrededor de los 25 años, independientemente de si la paciente ha iniciado o no su vida sexual. Esta prueba debe repetirse cada tres años si los resultados son normales.

Revisiones ginecológicas a partir de los 30

A partir de los 30 años, la salud reproductiva puede empezar a experimentar cambios más notorios, y es crucial mantener un control regular con el ginecólogo para prevenir o detectar a tiempo cualquier anomalía.

  • Frecuencia de visitas: Durante esta etapa, las consultas suelen mantenerse anuales, a menos que el médico indique lo contrario. La revisión puede incluir análisis hormonales si la paciente está considerando o tiene dificultades para concebir.
  • Citología  y prueba de VPH: se recomienda realizar prueba del virus del papiloma humano (VPH) cada 5 años a partir de los 35 años, siendo necesaria la citología SOLO si el cribado con VPH fuera positivo. El VPH es la principal causa del cáncer cervical, y su detección temprana puede prevenir del avance de la enfermedad disminuyendo la necesidad de cirugía.
  • Planificación familiar: Si estás pensando en tener hijos, el ginecólogo puede ayudarte a evaluar tu fertilidad y ofrecer orientación sobre cómo planificar un embarazo saludable. En caso contrario, también es importante hablar sobre los métodos anticonceptivos más adecuados para esta etapa.
  • Revisión mamaria: A partir de los 30 años se puede realizar un cribado con ecografía mamaria (sobre todo si hay antecedentes familiares o síntomas como bultos o dolor mamario). La obligatoriedad a partir de los 45 años de realizar mamografías bianuales ha reducido la gravedad del cáncer de mama gracias al diagnóstico precoz.

Climaterio (menopausia): Si ya ha finalizado tu vida fértil, las revisiones reproductivas siguen siendo muy importantes. Se amplia el abanico de pruebas al estudio de la masa ósea y los tratamientos de acaloradas, sequedad vaginal, dolor con las relaciones… Además de detectar de manera precoz tumores ginecológicos

Señales de alerta: ¿Cuándo acudir fuera de las visitas programadas?

Aunque se recomienda una visita ginecológica anual, hay ciertos síntomas que no deben esperar. Cualquier cambio o molestia en el área genital/pélvica debe ser un motivo suficiente para pedir cita con el ginecólogo.

Algunas señales que deben activar tu alerta para que realices una visita a este especialista son:

  • Dolor pélvico o abdominal persistente y/o dolores durante la menstruación
  • Sangrado fuera de los períodos menstruales, o después de la menopausia
  • Flujo vaginal anormal (color, olor o textura fuera de lo habitual)
  • Picor o ardor en la zona genital
  • Dolor o molestias durante las relaciones sexuales
  • Alteraciones en el ciclo menstrual, como sangrados excesivos o muy escasos, sangrado con las relaciones…

Consejos para tu consulta al ginecólogo

Ir al ginecólogo puede generar nervios, especialmente las primeras veces. Por eso, en Ovodónalos te dejamos algunos consejos para aprovechar al máximo la consulta:

  1. Prepara tus preguntas: Lleva una lista de dudas o síntomas que hayas notado en el último tiempo. Esto te ayudará a no olvidar ningún tema importante.
  2. Mantén un historial médico actualizado: Es fundamental para recibir la atención adecuada.
  3. Comunicación abierta: No tengas vergüenza de hablar sobre temas íntimos. Los ginecólogos están capacitados para abordar estos asuntos con total normalidad.