En los últimos años se ha producido una auténtica revolución en el mundo del tatuaje. Son tantas las técnicas y diseños con los que podemos decorar nuestra piel que se ha convertido en un gran fenómeno social a escala mundial, del mismo modo que antes había ocurrido con la moda o el arte.
Sin embargo, el tatuaje no solo tiene algo de ambos, sino que forma parte de nosotros de un modo más personal, si cabe. Nuestros tatuajes hablan de nosotros, pero ¿qué dicen?
Antes que nada, y para entender la verdadera historia que rodea a los tatuajes, echemos la vista atrás (unos poquitos años de nada… 🤗 )
El tatuaje más antiguo del mundo
El primer tatuaje del que tenemos constancia, según revelan los estudios arqueológicos, tiene 5.300 años ¡Ahí queda eso!
Pertenecía a un cazador neolítico encontrado en 1991 en los Alpes suizos, que fue bautizado como: El Hombre de Hielo. Esto se debía al perfecto estado de conservación en el que las extremas condiciones climatológicas de la zona habían mantenido el cuerpo.
El hombre, no solo conservaba la piel, sino que podía apreciarse en ella, con una nitidez sorprendente, la friolera cifra de 61 tatuajes. Casi todos ellos, distribuidos en la entre la zona de la espalda y las piernas.
Sin embargo, no es la única prueba que demuestra que los tatuajes están estrechamente ligados a la propia historia de la humanidad.
Orígenes del tatuaje
Sabemos que diferentes técnicas de pigmentación dérmica fueron usadas a lo largo de distintas civilizaciones; especialmente en el Antiguo Egipto, en la cultura Azteca, en el Imperio Romano y en muchísimas zonas de Asia y la Polinesia.
Ya a comienzos del siglo XX existían evidencias (documentos escritos, jeroglíficos, agujas y todo tipo de instrumental) de que su práctica podía remontarse, aproximadamente, 12 mil años atrás.
Además, no podemos olvidar el hallazgo bastante más reciente de otra momia; en este caso, de una mujer. Una sacerdotisa egipcia que también conservaba hasta 30 marcas subcutáneas repartidas por todo su cuerpo. Eso sí, de un periodo muy posterior a los tatuajes de nuestro Amigo venido del Hielo.
¿Por qué se hacían los tatuajes antiguamente?
El objetivo de estas marcas y símbolos corporales podía ser muy diverso y no solo se limitaba a un fin estético:
- A menudo, estaban ligados a creencias religiosas e, incluso, mágicas.
- En ciertos territorios, también se utilizaban como forma de identificación y diferenciación entre clanes y castas.
- También con propósitos bélicos, para tratar de amedrentar al enemigo.
- Existen culturas que, incluso, les atribuían fines terapéuticos, similares a la acupuntura.
- Y por, último, podían ser también una forma de castigo o condena. Digamos que se trataba de un método de estigmatización social.
Lo más curioso de todo, es que esta costumbre de los humanos por pigmentar su piel, surge de forma espontánea en culturas y civilizaciones que, en muchos casos, jamás habían tenido contacto entre sí. Por algún motivo, todas ellas, desde tiempos casi inmemoriales, sintieron una extraña fascinación por los tatuajes.
Parece que, al menos en eso, ¡no hemos cambiado mucho! 😆
La evolución del tatuaje
Durante los años 90, cuando surgió el boom de la tinta, todo giraba en torno a calaveras, motivos florales, delfines y mariposas; así como diseños tribales y los casi míticos caracteres chinos (cuyo verdadero significado, raras ocasiones coincidía con las peticiones de los clientes).
También por aquel entonces, empezaron a crearse bulos y a surgir falsos mitos sobre los tatuajes como, por ejemplo, que las mujeres tatuadas no podían donar óvulos o, en caso de parto, la total imposibilidad de aplicar la epidural cuando el tattoo se encontraba en la zona lumbar.
Algunas de aquellas fake news, con el paso del tiempo, fueron desapareciendo. Pero otras, aún siguen estando muy presentes en nuestra sociedad.
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Poco a poco, durante las siguientes décadas, se produjo una mayor profesionalización del sector y, con ello, se disparó el talento de los artistas y la calidad de sus obras. Y al color negro y los tonos primarios, comenzaron a sumarse un sinfín de tonalidades y diseños.
Entre las principales técnicas encontramos:
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- Los tatuajes realistas o hiperrealistas
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- Old School
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- Blackout o blackwork
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- Acuarelas
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- Tipográficos
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- Tradicional japonés
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- Lineales o geométricos
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- Puntillistas o dotwork
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- Graffiti
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- Siluetas
Y a todos estos podríamos añadir un sinfín de estilos: de tipo bosquejo, con tinta blanca o UV (estos últimos, considerados por muchos como una técnica muy controvertida e, incluso, peligrosa), tradicionales tribales (como, por ejemplo, los diseños maoríes) o los que combinan diferentes técnicas y estilos.
Tatuajes en la actualidad
Ha sido en los últimos años cuando se ha producido una auténtica revolución creativa en el mundo del tatuaje. En series de éxito mundial como Vikingos o Blindspot, sus principales personajes aparecen prácticamente cubiertos de tatuajes. Y no nos podemos olvidar, por supuesto, de la gran cantidad de “guapos, ricos y famosos” que también se han sumado (o provocado) esta tendencia: Miley Cyrus, Drake, Adam Levine, Lady Gaga, Justin Bieber, Cara Delevingne, Rihanna, Zoe Kravitz, Rita Ora, Kendall Jenner, Ellie Goulding…
De hecho, cuesta encontrar celebrities por debajo de los 50 años que no tengan una marca de tinta en el cuerpo. Lo que ha participado en gran medida en un fenómeno global que ya ha provocado que casi el 30% de los jóvenes españoles nos hayamos lanzado a pintar nuestro cuerpo.
También resulta llamativo que, aunque cada vez los tatuajes son un elemento más común y popular, en general tendemos a optar por diseños cada vez más pequeños, simples y minimalistas. Líneas sencillas que, en la mayoría de ocasiones, suponen un retorno al color de tinta original: el negro.
También hay una clara tendencia a elegir partes del cuerpo visibles pero discretas: los laterales de los dedos, las muñecas, detrás de las orejas o la nuca.
Desde Ovodónalos te recomendamos que…
1.- Si estás pensando en hacerte un tatuaje, acudas a un estudio cualificado, que cumpla estrictamente con todas las medidas legales e higiénico-sanitarias creadas por las autoridades competentes. De esa forma, tendrás muchas más garantías para tu salud.
2.- Por otro lado, lejos de disuadirte, te animamos a meditar muy bien tu decisión, ya que tu tattoo pasará a convertirse en parte de tu cuerpo de forma permanente. Es cierto que existen tratamientos láser especializados en su eliminación; no obstante, este tipo de procesos tienen riesgos asociados para tu piel. Por ello, te aconsejamos esperar a estar muy convencida del diseño elegido.
3.- ¡Aprovecha toda la información de la que dispones! Nunca antes habíamos tenido el privilegio de conocer de antemano las posibles alergias que nos puedan afectar o los lugares más y menos recomendados por el resto de usuarias que se han sometido a una experiencia similar. Además, contamos con las redes (especialmente con Pinterest e Instagram) para servirnos como una gran fuente de inspiración a la hora de coger ideas.
¡Ahora es tu turno de contarnos! ¿Tienes tatuajes? ¿Qué te llevó a decidirte por ellos? ¿Te harías alguno más? ¡Cuéntanoslo en nuestras redes!